viernes, 28 de octubre de 2011

los mandamientos de la iglesia y los de la ley de Dios

LOS MANDAMIENTOS DE LA SANTA MADRE IGLESIA.
Los mandamientos de la Iglesia se sitúan en la línea de una vida moral referida a la vida litúrgica y que se alimenta de ella. El carácter obligatorio de estas leyes positivas promulgadas por la autoridad eclesiástica tiene por fin garantizar a los fieles el mínimo indispensable en el espíritu de oración y en el esfuerzo moral, en el crecimiento del amor de Dios y del prójimo. Los mandamientos más generales de la Santa Madre Iglesia son cinco:
El primer mandamiento:
[oír misa entera los domingos y fiestas de precepto] exige a los fieles participar en la celebración eucarística, en la que se reúne la comunidad cristiana, el día en que conmemora la Resurrección del Señor, y en aquellas principales fiestas litúrgicas que conmemoran los misterios del Señor, la Virgen María y los santos.
El segundo mandamiento:
(Confesar los pecados mortales al menos una vez al año, y en peligro de muerte, y si se ha de comulgar) asegura la preparación para la Eucaristía mediante la recepción del sacramento de la Reconciliación, que continúa la obra de conversión y de perdón del Bautismo.
El tercer mandamiento:
(Comulgar por Pascua de Resurrección) garantiza un mínimo en la recepción del Cuerpo y la Sangre del Señor en relación con el tiempo de Pascua, origen y centro de la liturgia cristiana.
El cuarto mandamiento:
(Ayunar y abstenerse de comer carne cuando lo manda la Santa Madre Iglesia) asegura los tiempos de ascesis y de penitencia que nos preparan para las fiestas litúrgicas; contribuyen a hacernos adquirir el dominio sobre nuestros instintos y la libertad del corazón.
El quinto mandamiento:
(Ayudar a la Iglesia en sus necesidades) señala la obligación de ayudar, cada uno según su capacidad, a subvenir a las necesidades materiales de la Iglesia.
La santa madre iglesia nos da sus cinco mandamientos y frente a cada uno nos pide cumplir con unos compromisos, además también nos hace unas prohibiciones vamos a revisarlos uno a uno.
1. Celebrar misa todos los domingos y fiestas de precepto.
¿Que se nos pide la iglesia?
 Participar activamente de la eucaristía.
 Cuando no es posible cumplir el precepto el día ordenado hacerlo en la víspera del día anterior.
 No realizar trajo servil.
 Llegar temprano a la eucaristía y no salirse ant es de terminar.
¿Que nos prohíbe la iglesia?
 Llegar tarde a la eucaristía.
 Faltar a la eucaristía sin causa grave.
 Trabajar.
 Salir de la eucaristía sin haber terminado.
2. Confesar los pecados mortales al menos una vez al año y en peligro de muerte y si se ha de comulgar.
¿Que nos pide la iglesia?
 Prepararse bien siguiendo los cinco pasos para una buena confesión con una actitud penitente.
 Confesar los pecados mortales.
Prepararse espiritualmente para la comunión.
¿Que nos prohíbe la iglesia?
 Comulgar en pecado grave.
 Hacer una mala confesión de manera deliberada.
 Permanecer en pecado mortal.
3. Comulgar por pascua de resurrección.
¿Que nos pide la iglesia?
 Celebrar el misterio pascual.
 Estar en gracia.
 Participar de la eucaristía.
 Comulgar no solo en pascua sino siempre que sea posible.
¿Que nos prohíbe la iglesia?
 Permanecer por más de un año privado de la comunión.
 La no celebración del misterio pascual de Cristo.
LOS MANDAMIENTOS DE LA LEY DE DIOS.
Éxodo 20, 2-17.
Yo soy Yahvé, tu Dios, que te he sacado del país de Egipto, del lugar de esclavitud
No tendrás otros dioses fuera de mí.
Note harás escultura ni imagen alguna
De lo que hay arriba en los cielos,
Abajo en la tierra o en las aguas debajo de la tierra.
No te postraras ante ellas ni les
Darás culto, porque Yo Yahvé, tu Dios,
Soy un Dios celoso, que castigo la iniquidad
De los padres en los hijos hasta la
Tercera y cuarta generación de los que
Me odian, pero tengo misericordia de
Mil generaciones con los que me aman y
Guardan mis mandamientos.
No pronunciaras el nombre de Yahvé,
Tu Dios, en falso; porque Yahvé no dejara sin castigo
A quien pronuncie su nombre en falso.
Recuerda el día del sábado para
Santificarlo. Seis días trabajaras y harás
Todos tus trabajos, pero el día séptimo
Es el día de descanso en honor de Yahvé, tu Dios.
No harás ningún trabajo, ni tú, ni tu hijo,
Ni tu hija, tu siervo, ni tu sierva,
Ni tu ganado, ni el forastero que habita en tu ciudad.
Pues en seis días hizo Yahvé el cielo y la tierra,
El mar y todo cuanto contienen, y el séptimo descanso.
Por eso bendijo Yahvé el día sábado y lo santifico.
Honra a tu padre y a tu madre, para
Que se prolonguen tus días sobre la tierra
Que Yahvé, tu Dios, te va a dar.
No mataras.
No cometerás adulterio.
No robaras.
No darás testimonio falso contra tu prójimo.
No codiciaras la casa de tu prójimo,
Ni codiciaras la mujer de tu prójimo,
Ni su siervo, ni su sierva, ni su buey, ni su asno,
Ni nada que sea de tu prójimo.
PRIMER MANDAMIENTO:
AMAR A DIOS SOBRE TODAS LAS COSAS.
“Maestro, ¿qué he de hacer yo de bueno para conseguir la vida eterna?” Al joven que Le hace esta pregunta, Jesús responde primero invocando la necesidad de reconocer a Dios Como “el único Bueno”, como el Bien por excelencia y como la fuente de todo bien. Luego Jesús le declara: “Si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos”. Y cita a su interlocutor los preceptos que se refieren al amor del prójimo: “No matarás, no cometerás Adulterio, no robarás, no levantarás testimonio falso, honra a tu padre y a tu madre”. Finalmente, Jesús resume estos mandamientos de una manera positiva: “Amarás a tu Prójimo como a ti mismo” (Mt 19, 16-19). (CEC.2052)
Es el más grande de todos los mandamientos ya nos lo dice Jesús “ amaras al señor tu Dios, con todo tu corazón , con toda tu alma y toda tu mente” .(Mt,22,37); “ al señor tu Dios adoraras y a él solo darás culto” (Mt,4,10); Cristo plenitud de la revelación con estas palabras reafirma el mandato dado desde el AT, “ únicamente preocupaos de guardar el mandato y la ley que os dio moisés, siervo de Yahvé: améis a Yahvé vuestro Dios , que sigáis siempre sus caminos, que guardéis sus mandamientos y os mantengáis unidos a él y le sirváis con todo vuestro corazón , y con toda vuestra alma.(Jos, 22,5);
Dios a través de Cada uno de los mandamientos nos invita a cumplir con una serie compromisos y a guardar unas prohibiciones frente a cada uno de los mandatos dados a la humanidad desde la antigua alianza por medio de moisés
Lo que nos prohíbe el primer mandamiento son las siguientes acciones o actitudes:
 el rechazo a la autoridad eclesial.
 Herejía.
 Apostasía.
 Cisma.
 Idolatría.
 Desesperación-presunción.
 Odio a Dios.
 Tibieza espiritual.
 Tentar a Dios.
 Politeísmo.
 Indiferencia.
 Panteísmo.
 Ingratitud.
 Incredulidad.
 Sacrilegio.
 Profanación.
 Anti testimonio.
 Profanación.
Como buenos cristianos debemos vigilar los compromisos que tenemos con cada uno de los mandamientos el primero nos pide:
 Creer en Dios y dar testimonio de él.
 Vigilar nuestra fe rechazando lo que se opone a ella.
 Temor de ofender el amor de Dios y de provocar su castigo.
 Evitar la desesperación o la presunción, confiar en Dios y esperar de él la salvación personal y el perdón de los pecados.
 Adorarlo y reconocerlo como Dios creador y salvador.
 Orar siempre sin desfallecer.
 Hacer de nuestra vida un sacrificio de adoración y gratitud.
 Practicar las virtudes teologales.
 Fidelidad en las promesas hechas a Dios en manifestación de respeto por la majestad divina.
 Practicar los consejos evangélicos.
 Abrasas y practicar la verdad sobre todo en lo que se refiere a Dios.
 Rendir a Dios un culto autentico.
 Suscitar en las demás personas el amor por el bien y la verdad.
 No obligar a nadie a actuar en contra de su conciencia.
 Respetar el derecho a la libertad religiosa en las demás personas.
SEGUNDO MANDAMIENTO:
NO TOMARAS EN FALSO EL NOMBRE DEL SEÑOR TU DIOS.
Signo de nuestro respeto a Dios es no colocar su nombre como garantía de nuestra palabra “si decimos no hemos pecado, hacemos de él un mentiroso su palabra no está en nosotros” (1Jn.1, 10)
Varios pasajes de la sagrada escritura nos hacen referencia a este mandamiento. (Dt.5; St.5, 12; 2,7; Mt.5, 33-38; Nm.30, 3; Rm.2, 24.)
Respetar el nombre de nuestro Dios y no jurar por su nombre nos compromete con el cumplimiento de unos mandatos y prohibiciones derivados de este mandamiento.
ESTO ES LO QUE DIOS NOS PIDE EN ESTE MANDAMIENTO.
 Respetar el nombre del señor y regular nuestra palabra en el uso de las cosas sagradas.
 Dar testimonio del nombre del señor confesando su fe sin ceder al temor.
 Usar el nombre del señor para bendecir, alabar y glorificar.
 Aceptar la voluntad de Dios sin blasfemar contra él.
 Fidelidad al nombre del señor.
 Cumplir lo prometido en el nombre del señor.
 No recurrir al nombre del señor por motivos fútiles.
 Honrar la palabra.
EL RESPETO DEL NOMBRE DEL SEÑOR NOS PROHÍBE TAMBIÉN:
 El uso de los apodos.
 Irrespetar y usar mal el nombre del señor.
 Abusar del nombre del señor poniéndolo de por medio en situaciones innecesarias.
 El engaño y el ser mentirosos.
 Blasfemar contra el nombre y la voluntad de Dios.
 Faltar a las promesas hechas en el nombre del señor.
 Recurrir al nombre del señor para justificar prácticas criminales.
 El uso mágico del nombre divino.
 Prohíbe el juramento en falso.
TERCER MANDAMIENTO:
SANTIFICAR EL DÍA DEL SEÑOR.
Dios que todo lo ha hecho perfecto nos pide santificar el domingo en acción de gracias y que lo glorifiquemos con nuestro descanso “recuerda el día del sábado para glorificarlo. Seis días trabajaras y harás todos tus trabajos, pero el día séptimo es el día de descanso para el señor, tú Dios. No harás ningún trabajo. (Ex.20, 8-10) otros textos bíblicos contienen este precepto y lo podemos encontrar en:
(Ex.20, 11; Gn.2, 3; Sal.118, 24; Hb.4, 4.10, 25.)
Como cristianos que somos debemos glorificar el nombre del señor y santificar el día séptimo por esto el tercer mandamiento nos pide:
 Guardar el día séptimo que es el día del señor.
 Ir a la celebración litúrgica dominical, dando culto a Dios.
 Celebrar la resurrección del señor, centro y razón de nuestra fe cristiana.
 Descansar y olvidarnos del trabajo, aprovechando para cultivar la vida familiar, cultural, social y religiosa, compartiendo con los hermanos en un ambiente de sano esparcimiento.
ESTE MANDAMIENTO TAMBIÉN NOS PROHÍBE:
 Abstnernos de la celebración litúrgica dominical.
 Realizar trabajos ambiciosos, o sin necesidad urgente.
 Descuidar la vida familiar, social y religiosa por dedicarnos a la atención del trabajo.
 Negar el culto a Dios.
CUARTO MANDAMIENTO:
HONRAR PADRE Y MADRE.
Honra a tu padre y a tu madre, para que se prolonguen tus días sobre la tierra que el Señor, tu Dios, te va a dar (Ex 20, 12).
Vivía sujeto a ellos (Lc 2, 51).
El Señor Jesús recordó también la fuerza de este “mandamiento de Dios” (Mc 7, 8 -13). El apóstol enseña: “Hijos, obedeced a vuestros padres en el Señor; porque esto es justo. “Honra a tu padre y a tu madre”, tal es el primer mandamiento que lleva consigo una promesa: “para que seas feliz y se prolongue tu vida sobre la tierra”“(Ef. 6,1-3; Cf. Dt 5 16).
Este mandamiento no se limita solo al respeto por los padres también se extiende a muchas otras cosas que nos pide:
 Respeto y obediencia a los mayores (abuelos).
 Honor respeto y defensa de la patria.
 Que los entes gubernamentales protejan y defiendan la familia como fundamento de la sociedad.
 Respeto y obediencia por los padres aun después de la mayoría de edad y corresponsabilidad con ellos.
 Desde la familia dar la debida formación cristiana a los hijos.
 Que la familia respete la libertad de los hijos para optar por una profesión en sus vidas.
 El amor conyugal, fraterno, paternal y filial (amor en la familia).
 El matrimonio como roca solida donde se debe fundamentar la familia.
 El consejo dentro de la familia.
ESTE MANDAMIENTO NOS PROHÍBE:
 El irrespeto por los padres y la falta de amor hacia ellos.
 Poner en peligro el bien y la estabilidad de la familia, con relaciones que son contrarias al matrimonio, o con decisiones económicas
que no vayan en favor del bien de todos.
 La falta de compromiso y amor par la patria.
 El abandono de la familia y la ingratitud hacia los padres.
 Coaccionar la libertad de las personas, e inducirlas a
la toma de decisiones en contra de su voluntad.
 Promulgar leyes que van en contra de la unidad y la integralidad de la familia.
 El anti testimonio y el escándalo.
QUINTO MANDAMIENTO:
NO MATARAS.
No matarás (Ex 20, 13).
Habéis oído que se dijo a los antepasados: “No matarás”; y aquel que mate será reo ante el tribunal. Pues yo os digo: Todo aquel que se encolerice contra su hermano, será reo ante el tribunal (Mt 5, 21-22).
“La vida humana es sagrada, porque desde su inicio es fruto de la acción creadora de Dios y permanece siempre en una especial relación con el Creador, su único fin. Sólo Dios es Señor de la vida desde su comienzo hasta su término; nadie, en ninguna circunstancia, puede atribuirse el derecho de matar de modo directo a un ser humano inocente” (CDF,
Instr. "Donum vitae" intr. 5).
“¿Qué has hecho? Se oye la sangre de tu hermano clamar a mí desde el suelo. Pues bien: maldito seas, lejos de este suelo que abrió su boca para recibir de tu mano la sangre de tu hermano” (Gn 4, 10-11).
Y yo os prometo reclamar vuestra propia sangre... Quien vertiere sangre de hombre, por otro hombre será su sangre vertida, porque a imagen de Dios hizo él al hombre (Gn 9, 5-6). “No quites la vida del inocente y justo” (Ex 23, 7). El homicidio voluntario de un inocente es gravemente contrario a la dignidad del ser humano, a la regla de oro y a la santidad del Creador.
En el Sermón de la Montaña, el Señor recuerda el precepto: “No matarás” (Mt 5, 21), y añade el rechazo absoluto de la ira, del odio y de la venganza. Más aún, Cristo exige a sus discípulos presentar la otra mejilla (Cf. Mt 5, 22-39), amar a los enemigos (Cf. Mt 5, 44). El mismo no se defendió y dijo a Pedro que guardase la espada en la vaina (Cf. Mt 26, 52).
EL QUINTO MANDAMIENTO NOS PROHÍBE:
 homicidio directo y voluntario. El que mata y los que cooperan voluntariamente con él cometen un pecado que clama venganza al cielo (Cf. Gn 4, 10).
 prohíbe exponer a alguien sin razón grave a un riesgo mortal, así como negar la asistencia a una persona en peligro.
 El aborto directo, es decir, querido como un fin o como un medio, La vida humana debe ser respetada y protegida de manera absoluta desde el momento de la concepción. Desde el primer momento de su existencia, el ser humano debe ver reconocidos sus derechos de persona, entre los cuales está el derecho inviolable de todo ser inocente a la vida (Cf. CDF, instr. "Donum vitae" 1, 1).
 Prohíbe la Eutanasia porque Aquellos cuya vida se encuentra disminuida o debilitada tienen derecho a un respeto especial. Las personas enfermas o disminuidas deben ser atendidas para que lleven una vida tan normal como sea posible. Cualesquiera
Que sean los motivos y los medios, la eutanasia directa consiste en poner fin a la vida de personas disminuidas, enfermas o moribundas.
 El suicidio porque contradice la inclinación natural del ser humano a conservar y perpetuar su vida.
 Poner en peligro la seguridad de los demás y la suya Propia con el uso indiscriminado de medicamentos o drogas ilegales.
 Prohíbe el odio y la violencia, y las practicas como el secuestro, la tortura la violación.
 Prohíbe el descuido de la salud.
 No solo se produce la muerte física, también se puede causar la muerte moral a una persona, por esto se nos prohíbe también la calumnia, la difamación, la ridiculización de los demás, etc.…
 El infanticidio, el fratricidio, el parricidio.
QUE NOS PIDE EL QUINTO MANDAMIENTO:
 Nos pide defender la vida desde la concepción, el ser humano desde su concepción es hijo de Dios y tiene toda la dignidad de persona, y debe ser protegido en su condición de indefensión.
 No provocarla muerte a ninguna persona.
 Velar por el bienestar de las personas enfermas e indefensas, procurando que
puedan vivir aun en su enfermedad de una manera digna.
 Cuidar la salud propia, no abusar del alcohol o las drogas alucinógenas.
 No atribuirse el derecho de decidir sobre la vida de otra persona (matar).
 Reconocer la vida como don y a Dios como su único dueño.
 Amar y tolerar a los enemigos.
SEXTO MANDAMIENTO:
NO COMETERÁS ADULTERIO.
No cometerás adulterio (Ex 20, 14; Dt 5, 17).
“Dios es amor y vive en sí mismo un misterio de comunión personal de amor.
Creándola a su imagen... Dios inscribe en la humanidad del hombre y de la mujer la vocación, y consiguientemente la capacidad y la responsabilidad del amor y de la comunión” (FC 11).
“Dios creó el hombre a imagen suya... hombre y mujer los creó” (Gn 1, 27). “Creced y multiplicaos” (Gn 1, 28); “el día en que Dios creó al hombre, le hizo a imagen de Dios.
Jesús vino a restaurar la creación en la pureza de sus orígenes. En el Sermón de la Montaña interpreta de manera rigurosa el plan de Dios: “Habéis oído que se dijo: “no cometerás adulterio”. Pues yo os digo: “Todo el que mira a una mujer deseándola, ya cometió adulterio con ella en su corazón”“(Mt 5, 27-28). El hombre no debe separar lo que Dios ha unido (Cf. Mt 19, 6).
La castidad es una virtud moral. Es también un don de Dios, una gracia, un fruto del trabajo espiritual (Cf. Ga 5, 22). El Espíritu Santo concede, al que ha sido regenerado por el agua del bautismo, imitar la pureza de Cristo (Cf. 1 Jn 3, 3).
QUE NOS PROHÍBE EL SEXTO MANDAMIENTO:
 La lujuria es un deseo o un goce desordenados del placer venéreo. El placer sexual es moralmente desordenado cuando es buscado por sí mismo, separado de las finalidades de procreación y de unión.
 La masturbación que se ha de entender como la excitación voluntaria de los órganos genitales a fin de obtener un placer venéreo.
 La fornicación que es la unión carnal entre un hombre y una mujer fuera del matrimonio. Es gravemente contraria a la dignidad de las personas y de la sexualidad humana.
 La pornografía que consiste en dar a conocer actos sexuales, reales o simulados, fuera de la intimidad de los protagonistas, exhibiéndolos ante terceras personas de manera deliberada. Ofende la castidad porque desnaturaliza la finalidad del acto sexual.
 La prostitución por que atenta contra la dignidad de la persona que se
prostituye, puesto que queda reducida al placer venéreo que se saca de ella. El que paga peca gravemente contra sí mismo: quebranta la castidad a la que lo comprometió su bautismo y mancha su cuerpo, templo del Espíritu Santo (Cf. 1 Co 6, 15-20). La prostitución constituye una lacra social.
 La violación que es forzar o agredir con violencia la intimidad sexual de una persona. Atenta contra la justicia y la caridad. La violación lesiona profundamente el derecho de cada uno al respeto, a la libertad, a la integridad física y moral.
 La homosexualidad que designa las relaciones entre hombres o mujeres que
 experimentan una atracción sexual, exclusiva o predominante, hacia personas del mismo sexo.
 Incesto es la relación carnal entre parientes dentro de los grados en que está
 prohibido el matrimonio Se puede equiparar al incesto los abusos sexuales
perpetrados por adultos en niños o adolescentes
confiados a su guarda.
 Poligamia o poliandria por que no se ajusta a la ley moral, pues contradice radicalmente la comunión conyugal.
 El divorcio por que adquiere un carácter inmoral a causa del desorden que introduce en la célula familiar y en la sociedad.
 El onanismo (interrupción del coito) como método de planificación.
 Zoofilia relaciones sexuales con animales.
 Los métodos anticonceptivos esterilizan tés.
 El consentir pensamientos impuros e incurrir en conversaciones indelicadas.
 La necrofilia y la pedofilia.
QUE NOS PIDE EL SEXTO MANDAMIENTO:
 La castidad como respeto a nuestro cuerpo que es imagen y semejanza de Dios.
 La pureza de corazón, ser puros en nuestras miradas, conversaciones y acciones.
 Respetar la integridad sexual y moral de las demás personas.
 Reconocer nuestra identidad sexual natural, y respetarla como don de Dios.
 La templanza y el dominio de sí mismo.
SÉPTIMO MANDAMIENTO: NO ROBAR.
No robarás (Ex 20, 15; Dt 5,19).
No robarás (Mt 19, 18).
No hurtéis; no mentiréis; no os engañéis unos a otros. (Lv. 19,11).
Si un ladrón es sorprendido en el acto y es herido de muerte, no hay delito de sangre. Más si ya había salido el sol, entonces si hay delito de sangre. El ladrón debe restituir, si no tiene con que, será vendido para restituir por su robo. (Ex.22, 1-2).
No tendrás en tu bolsa dos pesas distintas, una grande y una pequeña. (Dt.25, 13)
Al comienzo Dios confió la tierra y sus recursos a la administración común de la humanidad para que tuviera cuidado de ellos, los dominaran mediante su trabajo y se beneficiara de sus frutos (Cf. Gn 1, 26-29). Los bienes de la creación están destinados a todo el género humano. Sin embargo, la tierra está repartida entre los hombres para dar seguridad a su vida, expuesta a la penuria y amenazada por la violencia. La apropiación de bienes es legítima para garantizar la libertad y la dignidad de las personas, para ayudar a cada uno a atender sus necesidades fundamentales y las necesidades de los que están a su cargo. Debe hacer posible que se viva una solidaridad natural entre los hombres.
QUE NOS PROHÍBE EL SÉPTIMO MANDAMIENTO:
 El séptimo mandamiento prohíbe tomar o retener el bien del prójimo injustamente y perjudicar de cualquier manera al prójimo en sus bienes.
 El séptimo mandamiento prohíbe el robo, es decir, la usurpación del bien ajeno contra la voluntad razonable de su dueño.
 Retener deliberadamente bienes prestados u objetos perdidos, defraudar en el ejercicio del comercio (Cf. Dt 25, 13-16), pagar salarios injustos (Cf. Dt 24,14-15; St 5,4), elevar los precios especulando con la
ignorancia o la necesidad ajenas (Cf. Am 8, 4-6).
 Apostar injustamente o hacer trampas en los juegos.
 La corrupción y el uso indebido de de los bienes sociales y de inversión pública.
 La falsificación de documentos, el fraude fiscal y los gastos excesivos.
 Los daños tanto en la propiedad privada como publica.
 El maltrato animal.
 La ambición, (apetito de dinero) y La promoción de ideologías consumistas.
QUE NOS PIDE EL SÉPTIMO MANDAMIENTO:
 Prescribe la justicia y la caridad en la gestión de los bienes terrenos y de los frutos del trabajo de los hombres.
 Exige el respeto del destino universal de los bienes y del
derecho de propiedad privada.
 La autoridad política tiene el deber de regular en función del bien común el ejercicio legítimo del derecho de propiedad.
 La práctica de la virtud de la templanza, para moderar el apego a los bienes de este mundo.
 La justicia, para preservar los derechos del prójimo y darle lo que le es debido.
 La solidaridad, siguiendo la regla de oro y según la generosidad del Señor, que “siendo rico, por vosotros se hizo pobre a fin de que os enriquecierais con su pobreza” (2 Co 8, 9).
 Cumplir las promesas, y los contratos rigurosamente observados en la medida en que el compromiso adquirido es moralmente justo.
 Que todo contrato sea hecho y ejecutado de buena fe.
 El pago de las deudas y el cumplimiento de obligaciones libremente contraídas.
 El séptimo mandamiento exige el respeto de la
integridad de la creación. Los animales, como las plantas y los seres inanimados.
 El buen manejo de las políticas económicas y la regulación del mercado.
 Buscar el bien común y el trabajo digno para todas las personas, con un salario justo.
 El amor por los pobres y la práctica de las obras de misericordia.
OCTAVO MANDAMIENTO:
NO LEVANTAR FALSO TESTIMONIO NI MENTIR.
No darás testimonio falso contra tu prójimo (Ex 20, 16).
Se dijo a los antepasados: No perjurarás, sino que cumplirás al Señor tus juramentos (Mt 5, 33).
En Jesucristo la verdad de Dios se manifestó en plenitud. “Lleno de gracia y de verdad” (Jn 1, 14), él es la “luz del mundo” (Jn 8, 12), la Verdad (Cf. Jn 14, 6). El que cree en él, no permanece en las tinieblas (Cf. Jn 12, 46). El discípulo de Jesús, “permanece en su palabra”, para conocer “la verdad que hace libre” (Cf. Jn 8, 31-32) y que santifica (Cf. Jn 17, 17). Seguir a Jesús es vivir del “Espíritu de verdad” (Jn 14, 17) que el Padre envía en su nombre (Cf. Jn 14, 26) y que conduce “a la verdad completa” (Jn 16, 13). Jesús enseña a sus discípulos el amor incondicional de la verdad: “Sea vuestro lenguaje: “sí, sí”; “no, no”“(Mt 5, 37).
“Si decimos que estamos en comunión con él, y caminamos en tinieblas, mentimos y no obramos conforme a la verdad” (1 Jn 1, 6).
QUE NOS PROHÍBE EL OCTAVO MANDAMIENTO:
 Prohíbe falsear la verdad en las relaciones con el prójimo.
 Falso testimonio y perjurio.
 El juicio temerario el que, incluso tácitamente, admite como verdadero, sin tener para ello fundamento suficiente, un defecto moral en el prójimo.
 La maledicencia el que, sin razón objetivamente válida, manifiesta los defectos y las faltas de otros a personas que los ignoran.
 La calumnia el que, mediante palabras contrarias a la verdad, daña la reputación de otros y da ocasión a juicios falsos respecto a ellos.
 La mentira que consiste en decir falsedad con intención de engañar.
 La vanagloria o jactancia constituye una falta contra la verdad. Lo mismo sucede con la ironía que trata de ridiculizar a uno caricaturizando de manera malévola tal o cual aspecto de su comportamiento.
QUE NOS PIDE EL OCTAVO MANDAMIENTO:
 La verdad como rectitud de la acción y de la palabra humana.
 “vivir en la verdad”, es decir, en la simplicidad de una vida conforme al ejemplo del Señor y permaneciendo en su Verdad.
 El testimonio en un acto de justicia que establece o da a conocer la verdad.
 El respeto de la reputación de las personas.
 El bien y la seguridad del prójimo, el respeto de la vida privada, el bien común.
 Guardar la justa reserva respecto a la vida privada de la gente.
 Reparar las ofensas hechas al prójimo.
NOVENO MANDAMIENTO:
NO DESEAR LA MUJER DEL PRÓJIMO.
No codiciarás la casa de tu prójimo, ni codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su sierva, ni su buey, ni su asno, ni nada que sea de tu prójimo (Ex 20, 17).
El que mira a una mujer deseándola, ya cometió adulterio con ella en su corazón (Mt 5, 28).
En sentido etimológico, la “concupiscencia” puede designar toda forma vehemente de deseo humano. La teología cristiana le ha dado el sentido particular de un movimiento del apetito sensible que contraría la obra de la razón humana. El apóstol san Pablo la identifica con la lucha que la “carne” sostiene contra el “espíritu” (Cf. Gal 5, 16.17.24; Ef. 2, 3). Procede de la desobediencia del primer pecado (Gn 3, 11). Desordena las facultades
Morales del hombre y, sin ser una falta en sí misma, le inclina a cometer pecados (Cf. Cc Trento: DS 1515).
El corazón es la sede de la personalidad moral: “de dentro del corazón salen las intenciones malas, asesinatos, adulterios, fornicaciones” (Mt 15, 19). La lucha contra la concupiscencia de la carne pasa por la purificación del corazón: Mantente en la simplicidad, la inocencia y serás como los niños pequeños que ignoran el mal destructor de la vida de los hombres (Hermas, mand. 2, 1). La sexta bienaventuranza proclama: Bienaventurados los limpios de corazón porque ellos verán a Dios" (Mt 5,8). Los "corazones limpios" designan a los que han ajustado su inteligencia y su voluntad a las exigencias de la santidad de Dios, principalmente en tres dominios: la caridad (Cf. 1 Tm 4, 3-9; 2 Tm 2, 22), la castidad o rectitud sexual (Cf. 1 Ts 4, 7; Col 3, 5; Ef. 4, 19), el amor de la verdad y la ortodoxia de la fe (Cf. Tt 1, 15; 1 Tm 3-4; 2 Tm 2, 23-26). Existe un vínculo entre la pureza del corazón, del cuerpo y de la fe.
QUE NOS PIDE EL NOVENO MANDAMIENTO:
 la virtud y el don de la castidad, pues la castidad permite amar con un corazón recto e indiviso.
 la pureza de intención, que consiste en buscar el fin verdadero del hombre:
 con una mirada limpia el bautizado se afana por encontrar y realizar en todo la voluntad de Dios (Cf. Rm. 12, 2; Col 1, 10).
 la pureza de la mirada exterior e interior; mediante la disciplina de los sentidos
y la imaginación; mediante el rechazo de toda complacencia en los pensamientos impuros que inclinan a apartarse del camino de los
Mandamientos divinos: “la vista despierta la pasión de los insensatos” (Sb 15, 5).
 exige el pudor. Este es parte integrante de la templanza. El pudor preserva
 la intimidad de la persona. Designa el rechazo a mostrar lo que debe permanecer velado. Está ordenado a la castidad, cuya delicadeza proclama. Ordena las miradas y los gestos en conformidad con la dignidad de las personas y con la relación que existe entre ellas.
 Considerar el cuerpo humano como templo del espíritu santo.
QUE NOS PROHÍBE EL NOVENO MANDAMIENTO.
 Desear la mujer del prójimo.
 Dejarnos dominar por la concupiscencia.
 El exhibicionismo, el erotismo, y el ser permisivos con conductas
inapropiadas que causen escándalo.
 Las conversaciones morbosas y el hacer públicas las confidencias intimas.
DECIMO MANDAMIENTO:
NO CODICIAR LOS BIENES AJENOS.
No codiciarás... nada que sea de tu prójimo (Ex 20, 17).
No desearás... su casa, su campo, su siervo o su sierva, su buey o su asno: nada que sea de tu prójimo (Dt 5, 21).
Donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón (Mt 6, 21).
El décimo mandamiento desdobla y completa el noveno, que versa sobre la
Concupiscencia de la carne. Prohíbe la codicia del bien ajeno, raíz del robo, de la rapiña y del fraude, prohibidos por el séptimo mandamiento. La “concupiscencia de los ojos” (Cf. 1 Jn 2, 16) lleva a la violencia y la injusticia prohibidas por el quinto precepto (Cf. Mi 2, 2). La codicia tiene
su origen, como la fornicación, en la idolatría condenada en las tres primeras prescripciones de la ley (Cf. Sb 14, 12). El décimo mandamiento se refiere a la intención del corazón; resume, con el noveno, todos los preceptos de la Ley.
QUE NOS PROHÍBE EL DECIMO MANDAMIENTO:
 El décimo mandamiento prohíbe la avaricia y el deseo de una apropiación
 inmoderada de los bienes terrenos.
 Prohíbe el deseo desordenado nacido de la pasión inmoderada de las riquezas y de su poder.
 Prohíbe también el deseo de cometer una injusticia mediante la cual se dañaría al prójimo en sus bienes temporales.
 La envidia que es un pecado capital. Manifiesta la tristeza experimentada ante el bien del prójimo y el deseo desordenado de poseerlo, aunque sea en forma indebida. Cuando desea al prójimo un mal grave es un pecado mortal.
 El fraude como forma de apoderarse de los bienes del prójimo.
QUE NOS PIDE EL DECIMO MANDAMIENTO:
 Exige que el bautizado ha de esforzarse por vivir en la humildad.
 Pide que “Todos los cristianos... han de intentar orientar rectamente sus deseos para que el uso de las cosas de este mundo y el apego a las riquezas no les impidan, en contra del
espíritu de pobreza evangélica, buscar el amor perfecto” (LG 42).
 El desprendimiento de las riquezas que es necesario para entrar en el Reino de los cielos. "Bienaventurados los pobres de corazón".
En este camino hacia la perfección, el Espíritu y la Esposa llaman a quien les escucha (Cf. Ap. 22, 17) a la comunión perfecta con Dios: Allí se dará la gloria verdadera; nadie será alabado allí por error o por adulación; los verdaderos honores no serán ni negados a quienes los merecen ni concedidos a los indignos; por otra parte, allí nadie indigno pretenderá
Honores, pues allí sólo serán admitidos los dignos. Allí reinará la verdadera paz, donde nadie experimentará oposición ni de sí mismo ni de otros. La recompensa de la virtud será Dios mismo, que ha dado la virtud y se
Prometió a ella como la recompensa mejor y más grande que puede existir: "Yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo" (Lv 26, 12)... Este es también el sentido de las palabras del apóstol: "para que Dios sea todo en todos" (1
Co 15, 28). Él será el fin de nuestros deseos, a quien contemplaremos sin fin, amaremos sin saciedad, alabaremos sin cansancio. Y este don, este amor, esta ocupación serán ciertamente, como la vida eterna, comunes a todos (S. Agustín, civ. 22,30).
OMAR ANDRES OSPINA HERNANDEZ.

2 comentarios:

carlosnaranjo dijo...

eeeeeeeeee esos mandamientos tan jugosos nooooo jajjaja que bueno se aprendió demasiado de los mandamientos Dios quiera se puedan poner en practica son demasiado importantes

carlosnaranjo dijo...

que mandamientos tan jugosos nooo muy buenos Dios quiera los puedas poner en practica ya que son muy importantes en nuestro caminar formativo y para darlo a conocer a los demás